Se puede envejecer, madurar y crear tu propia familia, se puede acabar los estudios, pasar del primer amor al amor de tu pareja para toda la vida, se puede conseguir un trabajo fijo, una casa y tener niños, se puede llegar a la realización personal.
Yo sé que todo esto es posible, pero siempre tuve miedo a olvidar el pasado. No miedo a estancarme en él, ni miedo a revivirlo, sino miedo a olvidar mi infancia, mi crecimiento, el camino que utilicé para ser quien soy.
Tengo la suerte de recordar mi inocencia, recuerdo perfectamente la envidia sana que sentía mi mejor amiga de una época escolar, que me decía que cómo era posible sonreir en todo momento. Recuerdo con simpatía los primeros sentimientos de ridículo, por no entender una situación o no tener a experiencia para salir airosa de una situación comprometida. También permanece en mi mente esas pequeñas encrucijadas sobre si intentar gustarle a ese chico o a aquel , sobre si debo dejarme el pelo corto o largo, si este perfume huele mejor o queda mejor en esta salida o en aquella...
Son recuerdos de mi inocencia, pues de mi infancia tengo muchos más, y digo recuerdos porque por desgracia y sin remedio, la inocencia se pierde.
Ya no creo en las buenas intenciones de todo el mundo, los buenos son menos que los malos y no conducen grandes coches. No creo en ayudar a esa chica que está llorando y sentada sola, porque seguramente ella también ha perdido la inocencia, y no aceptará la ayuda de un desconocido. Ya no creo en ese Dios que me hicieroon creer, y esta afirmación no es lo suficientemente cierta, porque realmente sí creo en Él, pero mi Dios está mejor construido que del que me hablan los libros sagrados, es más real, más actual, y muchísimo menos cruel y dictador, no es implacable, para mí es como un padre que me ama, digan lo que digan los fanáticos cucufatos que creen al pie de la letra todo lo que los demás le dicen.
Y sobre todo recuerdo mi pasado, no es que viva en el pasado, pero pienso que quien no tiene memoria es como un pueblo que pierde identidad sin su historía.
Yo sí recuerdo mi historía ...recuerdo todos los momentos de mi inocencia, los momentos en que descubrí que la vida no era "rosa", ni todos los finales felices como en los cuentos, también. Recuerdo cuando descubrí que la gente engaña, miente y finge, pero tambien recuerdo que estaba llena de ilusiones, que sentía que todo era paz en mi vida, tanto que a veces me aburria y pensaba no pasan cosas interesantes en mi vida " yo no podría escribir un libro", pero la vida dá tantas vueltas y el destino gira a 180 grados, que ahora podría escribir muchos libros y me sobrarían temas por tratar, sobre mi vida.
Pero esa es mi historia, es mi pasado y es sólo mia ..es lo que me hace ser quien soy el día de hoy , no amase fortunas, ni adquirí cosas materiales que lleven a decir que soy exitosa , pero soy rica en recuerdos y en historia y mi éxito consiste en que no cambiaría ni un ápice de lo que viví , que cada sueño que tuve los hice realidad, que no deje que nadie me los robara, que no me arrepentí de nada de lo que hice, tanto así que todo con penas y alegrias, con éxitos y fracasos ...los volvería a vivir.
Sólo me queda decir que esta es la historía de una mujer común, pero que yo considero que es una historia interesente y digna de volver a vivirse. Creo que me contradigo no?, pero siempre fuí así ..nunca nadé por la corriente de rio... nadé en contra de la corriente siempre.
Me gusta ganar, vencer, lograr, superar, llorar, reir, amar, dejar de amar, olvidar y perder con dignidad.
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